martes, 23 de agosto de 2011

Coordenadas horizontales

Al igual que un punto situado sobre la esfera terrestre se puede determinar exactamente por su coordenadas (longitud y latitud geográficas), lo mismo ocurre con un astro sobre la esfera celeste. Según la finalidad, se utilizan en astronomía distintos sistemas de coordenadas.

Las coordenadas horizontales tienen como plano fundamental el horizonte. El horizonte es un círculo máximo, que divide la bóveda celeste en dos mitades iguales (o hemisferios): el hemisferio visible, situado sobre el horizonte y el hemisferio invisible, situado bajo nuestros pies, por debajo del horizonte.

Los dos valores fundamentales en este sistema son: altura y azimut (o acimut).

La altura "h" es la distancia angular de un astro sobre el horizonte. La altura es de 0º cuando se encuentra la estrella sobre nuestro horizonte, y 90º cuando se halla en el cenit, es decir, sobre nuestra cabeza. Está claro que cuando el valor es negativo se refiere a posiciones por debajo de nuestro horizonte. Cabe destacar que el valor de (90º-h) se denomina distancia cenital.

El azimut "a" da la distancia angular entre el pie del círculo vertical que pasa por el astro y el punto sur. En astronomía se suele contar en la dirección sur-oeste-norte-este (sentido horario), que representarían 0º (si miramos al sur), 90º (si miramos al oeste), 180º (si miramos al norte), y 270º(si miramos al este).



Pero atención: también, en algunas ocasiones, se utiliza el sistema de contar a partir del punto Norte. Hay que prestar mucha atención a este detalle.

El azimut y la altura varían constantemente, debido al movimiento de las estrellas en el cielo, por tanto, tenemos una altura h y un azimut a en un tiempo fijo determinado variando con la coordenada del tiempo.


 Un muy video que explica todos estos conceptos, autoría de Antonio González Estévez

viernes, 12 de agosto de 2011

Estrellas Fugaces (3)

Las notas sobre Apolo 11 restantes serán publicadas alternadamente con las de temas generales.

A veces ha podido ser recogido material meteórico como un tenue polvillo ferruginoso microscópico. Las temperaturas máximas que las estrellas fugaces pueden alcanzar, se hallan comprendidas entre 3.000 y 7.000 grados. Los meteoritos son mas frecuentes después de la medianoche, y además resultan más rápidos. Estas circunstancias derivan de que la Tierra encuentra los corpúsculos en horas de la madrugada de forma "frontal", a semejanza de lo que ocurriría con un proyectil de cañon que atravesara una nube de mosquitos: en su parte anterior hallaría muchos mas que en su parte posterior, y como el proyectil gira además alrededor de su eje (transversal en el caso de la Tierra), los puntos situados a favor del sentido de la rotación están mas expuestos a los choques de los otros.

Así pues, el número de estrellas errantes dependerá del punto hacia el cual se dirige la Tierra con relación a la vertical del observador, y será máximo cuando dicho punto se encuentra próximo al cenit. También es interesante destacar que los enjambres meteóricos son mas frecuentes en la segunda mitad del año que en la primera.




martes, 9 de agosto de 2011

Apolo 11: El lanzamiento

Amanecía en Cabo Kennedy. La mañana se presentaba calurosa. Por las arenosas playas se advertía una movilidad constante. Fuera del Centro Espacial, entre este y Cocoa Beach, había "15 km de casas rodantes, carpas y observadores" apostados algunos de ellos desde varios días antes. Una tarde en Cocoa, un canadiense me preguntó cómo se hacía para entrar al campo de tiro... Quizás el buen hombre no sabía que mis trámites habían comenzado un año antes.

El Dr. Von Braun junto a otros científicos estaba en el Centro de Control junto al VAB. Frente al sofisticado instrumental controlan el lanzamiento. Inmediatamente después él y su equipo alzarán vuelo hacia Houston, Texas, donde está situado el Centro de Control de Vuelos Tripulados de la NASA.

Horas antes del lanzamiento se advierte en torno al cohete una nubecilla blanca que lo envuelve. Son los vapores de oxígeno líquido a 180ºC bajo cero., que pugnan por volver a su estado gaseoso.

Todo estaba preparado. Eran las 9 de la mañana. Un gran reloj digital marcaba el paso de la cuenta maestra regresiva. Faltando 3 minutos, un silencio total envolvió al ambiente, hasta entonces ocupado por mil voces... Los 60 segundos parecían irreales. Creo que a todos nos asaltó el mismo pensamiento... "y si fallara el disparo...o sucediera una explosión general del gran vector...".

Cuando la cuenta regresiva llega al segundo 8 y descendiendo, el gran proyectil se pone en marcha con el encendido de un verdadero ramillete de cohetes de los 92 que consta. Cuando llegó el momento CERO, debieron transcurrir 3 segundos más (-3). Entonces las amarras que sostenían al Saturno 5 lo dejaron libre. ¡En el momento de la salida la primera etapa consume 14 toneladas de combustible por segundo!



 
El lanzamiento (video NASA)


Asciende la nave Apolo con los 3 astronautas a bordo. Un minuto después del lanzamiento, el blanco cohete es apenas un puntito en el cielo azul del Cabo. El lanzamiento se produjo a las 09:32 (hora EST).

martes, 2 de agosto de 2011

Apolo 11: una eminencia y un amigo inesperado

La mañana del día 14, fue de cielo cubierto con nubes que presagiaban lluvia. Ese día a las 11 asistí a la primera conferencia del célebre Dr. Wherner von Braun. Mas tarde me concedió una entrevista especial, durante la cual departimos sobre temas inherentes a la misión lunar.

Dr. Wherner von Braun

Día 15 de julio. Era el último día del Saturno 5 sobre la Tierra. Lo visitamos por la tarde, pues por la noche comenzaba la peligrosa tarea de colmar sus etapas de combustible. Por la noche miles de luces iluminaban al gran “pájaro blanco”, como vulgarmente lo llamaban los técnicos.

Febrilmente cientos de personas se agitaban junto al cohete, realizando constantes chequeos. Una tormenta a la media noche nos llenó de desaliento, pues podía posponerse la prueba. Felizmente en el Cabo las tormentas, aunque suelen ser violentas, son efímeras en la mayoría de los casos. Cabe señalar que mis acompañantes vivían de sorpresa en sorpresa por cuanto se mostraba a cada paso. En realidad yo era un “veterano”, debido a mi visita 4 años antes.

Un hecho importantísimo y favorable ocurrió cuando en la Oficina Protocolar nos fueron entregadas las credenciales. Al oírnos hablar en momentos en que pasaba a nuestro lado, un científico de la NASA me preguntó en castellano: “De dónde eres…” “De Argentina” le dije. Al momento se presentó diciéndome que era cubano, y que si necesitaba de él algo en que pudiera ser útil. Le dije que buscábamos hotel, pues el más cercano estaba a 100 Km. de distancia. Entonces, como si desde siempre fuéramos amigos, nos ofreció su casa. Carlos Díaz era su nombre. La buena suerte quiso que Carlos se convirtiera en el eslabón a través del cual llegué a conocer pormenores de la misión.